Las actividades diarias pueden conllevar mucho esfuerzo físico, y generar lógico cansancio en cuerpo humano. Es así como hacia la noche, llega el descanso diario habitual, y mientras dormimos solemos quizá hasta de manera inconsciente, abrazar la almohada más cercana que tengamos, siendo ello hoy una situación puntual analizada por expertos entorno a una psicología cuyo análisis recae normalmente sobre motivaciones o personalidad.
Exhaustiva investigación es la que actualmente pone de manifiesto los verdaderos rasgos, y hasta temperamento, de quienes mientras concilian el sueño, toman dicho objeto con mucho cariño.
Al respecto, te revelamos lo que expone la psicología entorno al hecho puntual de abrazar una almohada mientras dormimos, siendo la inclinación hacia el apego emocional, una forma de poder expresarnos buscando seguridad o compañía.
Según la información recogida tomando en consideración la opinión de especialistas en psicología, dicha acción en particular puede terminar reflejando también la necesidad de recrear sensaciones de contacto físico que generan tanto seguridad como protección.
Entorno al sueño y nuestro acomodo al momento de dormir, te contamos asimismo que corporalmente, la posición correcta de tu cuerpo puede ayudarte a evitar dolores, lesiones, entre otros problemas ligados a la salud, según lo precisa la Dirección General de Atención a la Salud de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuyas especialistas resaltan mediante una publicación web, la importancia de descansar apropiadamente.
“Tener un sueño reparador traerá grandes beneficios a nuestro organismo, pues favorece las múltiples funciones corporales, ayuda a mejorar las funciones cognitivas como la atención y la memoria”, indica Valeria Gopar para la UNAM Global Revista, revelando además con respecto a la postura estática más recomendada para dormir, que boca arriba es la mejor ya que mediante ella se respeta la “curvatura normal de la columna y permitimos que todas las estructuras del cuerpo se encuentren más alineadas entre sí”.
En ese sentido, dicha posición debe ir acompañada por una almohada bajo la cabeza, siendo altamente sugerido que solo “abarque el espacio que queda entre los hombros y la nuca”, mientras nos preocupamos también por las rodillas usando un cojín entre ambas a fin de que puedan descansar en “posición de ligera flexión y no queden completamente extendidas sobre la cama”, fortaleciendo así el cuidado de la región lumbar y caderas.
Cabe resaltar que como contraparte, las especialistas de la Dirección General de Atención a la Salud de la UNAM afirman que la “posición boca abajo es la peor postura que podemos adoptar al dormir”, puesto que se terminan modificando “las curvaturas normales de la columna vertebral, especialmente, de la columna lumbar”, y así el dolor de cuello o la conocida tortícolis empiezan a manifestarse con mayor fuerza.

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