Tras priorizar su crecimiento laboral y su vida en pareja, María tomó la decisión de convertirse en madre primeriza a los 42 años. Aunque su edad y sus antecedentes de hipertensión le generaban cierta incertidumbre, tanto ella como su pareja, estaban comprometidos a recorrer este nuevo camino. Con la asesoría preconcepcional, ajustes en su estilo de vida y un riguroso seguimiento médico, logró un embarazo natural. A las 38 semanas, dio a luz a un bebé sano mediante una cesárea programada, viviendo todo el proceso con alegría, conciencia y confianza.
Como María, cada vez más mujeres eligen postergar la maternidad, por lo que se enfrentan al temor de haber “esperado demasiado”. Pero lo cierto es que ser madre después de los 40 no es sinónimo de derrota ni de imposibilidad. De hecho, con la información adecuada, acompañamiento médico y una mirada realista, es posible vivir esta etapa con plenitud.
Por ejemplo, en las últimas semanas, la cantante mexicana Natalia Lafourcade anunció que espera su primer hijo a los 41 años, sumándose a una tendencia que gana cada vez más fuerza: mujeres que deciden ser madres a su tiempo. Y hace algunos años, la doble ganadora del Oscar, Hilary Swank, sorprendió al mundo al anunciar que había tenido gemelos a los 48 años.
Cada camino hacia la maternidad es único: algunos más cortos, otros más largos, pero todos válidos. Por eso, en Hogar y Familia, y de la mano de especialistas, te contamos qué dice la ciencia sobre los riesgos reales, qué opciones ofrece hoy la medicina reproductiva, cómo prepararse para una maternidad consciente después de los 40, y qué pasos seguir para tomar decisiones informadas y sin miedo.
Según Angélica Landauro, ginecóloga especialista en maternidad de Clínica Internacional, es cierto que el embarazo después de los 40 años implica más riesgos, pero eso no significa que sea algo imposible o necesariamente peligroso. La medicina ha avanzado considerablemente, por lo que cada vez más mujeres logran embarazos exitosos en esta etapa de la vida.
“La evidencia médica muestra que los riesgos comienzan a incrementarse a partir de los 35 años, se hacen más notorios entre los 40 y los 44, y aumentan aún más después de los 45. Por eso se considera un embarazo de riesgo por edad. Sin embargo, con una buena evaluación preconcepcional y un seguimiento prenatal adecuado, muchas mujeres mayores de 40 pueden tener un embarazo sano y sin complicaciones mayores”.
La realidad es que, como señaló la doctora Vanesa Ruiz, ginecóloga de la Clínica Ricardo Palma, muchos de estos miedos o dudas suelen originarse en una serie de mitos que generan ansiedad, desinformación e incluso sentimientos de culpa en las mujeres que sueñan con ser madres a esta edad. Entre los más comunes, destacan:
Realidad: Aunque la fertilidad disminuye con la edad, especialmente a partir de los 35 años, el embarazo natural sigue siendo posible a los 40 o incluso un poco más. Las probabilidades son más bajas, pero no es imposible.
Realidad: Es cierto que a mayor edad incrementan ciertos riesgos obstétricos, pero con un buen control prenatal, la mayoría de las mujeres mayores de 40 pueden tener un embarazo sano y sin complicaciones graves.
Hay riesgos que aumentan con la edad, pero también existen avances médicos y seguimientos especializados que permiten tener embarazos sanos.
Realidad: Las técnicas de reproducción asistida han avanzado muchísimo. La fecundación in vitro, la donación de óvulos y la preservación de embriones ofrecen soluciones eficaces, incluso después de los 40. No es el fin del camino, pero sí es importante buscar orientación médica a tiempo.
Realidad: Congelar óvulos mejora significativamente las probabilidades, pero no garantiza el éxito. El resultado depende de la edad al momento de la congelación, la cantidad y calidad de los óvulos y otros factores médicos.
Realidad: La mayoría de estudios no muestran diferencias significativas en el desarrollo cognitivo o emocional de los hijos de madres mayores, siempre que se garantice un embarazo saludable y un entorno afectivo adecuado. De hecho, muchas madres mayores de 40 ofrecen una crianza estable y comprometida.
Realidad: La edad por sí sola no impide un parto vaginal. Muchas mujeres de más de 40 años tienen partos naturales exitosos. La decisión del tipo de parto debe basarse en criterios médicos individuales, no solo en la edad.
El embarazo en mujeres mayores de 40 años puede conllevar ciertos riesgos médicos tanto para la madre como para el bebé, aunque es importante señalar que muchos de ellos pueden prevenirse o manejarse con un control prenatal adecuado y oportuno.
De acuerdo con la ginecóloga Ana Talavera, de SANNA Clínica San Borja, los riesgos varían según el trimestre de gestación. Durante la primera etapa, se presentan con mayor frecuencia sangrados, dolor pélvido y los abortos espontáneos, con una tasa de probabilidad del 20-25% a los 35 años, 40% a los 40 y puede llegar al 50% a los 45.Por eso, hasta las 12 semanas es fundamental realizar controles ecográficos rigurosos, ya que el útero sigue siendo intrapélvico y no es fácil evaluar clínicamente.
En el segundo trimestre pueden aparecer complicaciones como la restricción del crecimiento intrauterino o el inicio de una hipertensión gestacional, que en algunos casos evoluciona a preeclampsia. Mientras que, en el tercero, los problemas más comunes son la diabetes gestacional y la insuficiencia útero-placentaria, lo que puede aumentar la probabilidad de una cesárea.
“A los 40 años, la fertilidad se reduce significativamente, con una probabilidad de concepción natural inferior al 10 %. Además, en esta etapa hay un aumento del 260 % en el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, se duplica la probabilidad de padecer preeclampsia o alguna enfermedad hipertensiva, y el riesgo de hemorragia posparto es cinco veces mayor“, agregó Rolando Hernández, ginecólogo obstetra y docente de la carrera de medicina humana de la Universidad San Ignacio de Loyola.
Entre las complicaciones mencionadas por la doctora Talavera, se destaca el riesgo de anomalías cromosómicas como el síndrome de Down. La probabilidad de este síndrome es de 1 en 85 a los 40 años y aumenta a 1 en 30 a los 45 años, en contraste con 1 en 350 a los 30 años.
Hernández añadió que hay un 60 % más de probabilidad de bajo peso al nacer, un 70 % más de dificultad respiratoria, y un 90 % más de riesgo de parto prematuro. “También se duplica la posibilidad de ingreso del recién nacido a cuidados intensivos neonatales, según datos publicados por la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (2024)”.
Hoy la medicina reproductiva ofrece soluciones reales para quienes deciden ser madres después de los 40. Lo importante es evaluar opciones con profesionales.
En las mujeres mayores de 40 años el seguimiento del embarazo suele ser más intensivo y personalizado, con el objetivo de detectar precozmente cualquier complicación y garantizar el bienestar de la madre y del bebé. Según la ginecóloga de la Clínica Ricardo Palma, los estudios que se intensifican o se agregan con mayor frecuencia son:
Aunque la fertilidad femenina disminuye de manera progresiva con el paso del tiempo, biológicamente una mujer puede concebir de forma natural hasta la llegada de la menopausia, que suele presentarse entre los 45 y 50 años, según explicó Erika Rodríguez, docente de la carrera de Obstetricia de la Universidad Científica del Sur.
Sin embargo, las probabilidades estimadas de concepción natural por ciclo son:
Por eso, mantener un estilo de vida saludable antes de intentar concebir puede marcar una gran diferencia. Como indicó la doctora Salena Zanotti, obstetra-ginecóloga de Cleveland Clinic, una alimentación equilibrada, baja en azúcares simples y rica en nutrientes como proteínas, hierro, ácido fólico, omega 3 y antioxidantes contribuye no solo a preparar el organismo para la gestación, sino también a mejorar la calidad ovárica y a reducir el riesgo de diabetes gestacional o hipertensión.
“La práctica regular de ejercicio físico moderado y el control del peso corporal ayudan no solo a mejorar las tasas de fertilidad, sino también a reducir complicaciones durante el embarazo. Además, cuidar la salud metabólica, ósea y cardiovascular antes de buscar un embarazo contribuye a una maternidad más segura y consciente, especialmente después de los 40 años”.
En la actualidad, gracias a los avances en medicina reproductiva, las mujeres que desean ser madres a partir de los 40 años cuentan con diversas alternativas para lograrlo, tal como aseguró la doctora Ruiz.
Consiste en estimular los ovarios para obtener óvulos, fecundarlos en el laboratorio y transferir el embrión al útero.
Tasa de éxito: Las probabilidades de embarazo con FIV usando óvulos propios a los 40 años están en torno al 15-20% por ciclo, y disminuyen significativamente después de los 42 años (menos del 5%).
Para muchas mujeres mayores de 42 años, la opción más eficaz es recurrir a la donación de óvulos, que provienen de mujeres jóvenes, generalmente menores de 35 años.
Tasa de éxito: La tasa de embarazo puede alcanzar entre 50% y 60% por ciclo, ya que depende principalmente de la calidad del óvulo más que de la edad de la receptora.
Aunque la congelación de óvulos no es una opción para la maternidad inmediata, algunas mujeres mayores de 40 podrían haber recurrido a ella previamente. Esta técnica se recomienda específicamente para quienes desean postergar su maternidad, para aquellas con antecedentes familiares de menopausia precoz, pacientes que se someterán a tratamientos médicos que puedan comprometer la función ovárica (como quimioterapia o ciertas cirugías), y mujeres diagnosticadas con enfermedades ginecológicas que afectan la reserva ovárica, como la endometriosis severa.
Tasa de éxito según la edad en que se congelan los óvulos:
Cantidad recomendada de óvulos a congelar según la edad:
Esta técnica es menos frecuente a partir de los 40 años debido a su menor eficacia, ya que requiere una función ovárica aún conservada.
Tasa de éxito: Generalmente inferior al 10% por ciclo en mujeres mayores de 40 años.
Tomar decisiones con planificación, evaluar tu salud, cuidar tus emociones y recibir asesoría especializada puede marcar la diferencia.
Se utilizan embriones donados por otras parejas, ya fecundados y criopreservados.
Tasa de éxito: Similar a la FIV con óvulos donados, puede alcanzar el 40-50% por ciclo, dependiendo de la calidad embrionaria y del historial médico de la receptora.
La maternidad informada después de los 40 años implica tomar decisiones reproductivas de manera consciente, planificada y acompañada por profesionales de la salud. A esta edad, el embarazo puede implicar mayores desafíos médicos y emocionales, por lo que es clave prepararse adecuadamente antes de buscar concebir, ya sea de forma natural o mediante técnicas de reproducción asistida.
Por eso, los especialistas recomendaron considerar los siguientes aspectos:
Es el primer paso fundamental. Se trata de una evaluación completa del estado de salud general y reproductiva, que permite detectar posibles factores de riesgo y ofrecer recomendaciones personalizadas. Incluye:
Es importante conocer la calidad y cantidad de los óvulos disponibles. Se realizan estudios como:
Antes de concebir, es necesario descartar o controlar condiciones que puedan afectar la fertilidad o el curso del embarazo, como:
Una ecografía ginecológica permite evaluar el estado del útero, los ovarios y descartar la presencia de miomas, pólipos u otras alteraciones anatómicas que puedan interferir con la concepción o el desarrollo del embarazo.
El bienestar emocional y un entorno social favorable son componentes clave en esta etapa. Una buena salud mental, acompañada de hábitos saludables (alimentación, actividad física, manejo del estrés), mejora las condiciones para un embarazo exitoso.
Se recomienda iniciar la toma de ácido fólico al menos tres meses antes de la concepción para reducir el riesgo de malformaciones del tubo neural. Además, según el perfil de la mujer, puede indicarse vitamina D, hierro u otros suplementos.
Si existen antecedentes familiares de enfermedades hereditarias, puede ser útil realizar un consejo genético para evaluar los riesgos y opciones reproductivas disponibles.
“La maternidad después de los 40 no solo es posible, sino también significativa. Cada historia es única, y recorrer este camino desde la conciencia —no desde el miedo ni la prisa— permite vivirlo con mayor claridad y madurez emocional. La edad puede traer desafíos, pero también fortalezas. Si el deseo está, infórmate, confía en tu cuerpo y busca el acompañamiento necesario. Estás en tu derecho de intentarlo, con realismo, pero también con esperanza”, concluyó la doctora Vanesa Ruiz.
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